Los desahucios y la tercera ley de Newton
Para que abras los ojos, querido niño de
la patria, deja que te cuente una historia.. Hace quince años, los padres de la
patria y las madres de la patria, como se creían muy listos, promulgaron una
ley privatizando el suelo de la patria. En su listeza sin igual pensaban que al
aumentar el terreno edificable el mercado inmobiliario sería un negociazo de
los de aquí te espero para todo el mundo; para los de arriba y los para los de abajo. Se desarrollaría un mercado
inmobiliario de aúpa la mar de rentable para los empresarios de la patria, las
inversiones se multiplicarían, habría viviendas a mogollón, y los hijos de la
patria podrían convertirse en propietarios gracias a los créditos asequibles
facilitados por los bancos de la patria. Como los pisos siempre subirían de
precio, aun en el caso de no poder pagar la hipoteca, siempre los podrían
revender ganando pasta encima. Y los bancos de la patria, con ese cebo,
hicieron a los hijos de la patria empeñarse para treinta años tirando por lo
bajo, para vivir en un armario empotrado
Pero he aquí que cuando menos se esperaba
estalló la crisis del crédito en Estados Unidos, que es otro pedazo de patria,
y se extendió rápidamente por el resto de patrias. De la noche a la mañana los
bancos de la patria dejaron de prestar dinero, las empresas de la patria
empezaron a despedir a diestro y siniestro y los hipotecadores de la patria se
han puesto a desahuciar a brazo partido a los hijos de la patria que se habían
convertido en parados de la patria.
Las
consecuencias, querida criatura, son un follón monumental, en el que algunos
hijos de la patria se tiran por la ventana cuando ven llegar al desahuciador,
otros no se tiran para la ventana pero se tiran a la calle para combatir tanto
desahucio, y otros se tiran a las puertas de las viviendas de los padres de la
patria y las madres de la patria para escrachearlos a modo, con una conducta de
lo más enunciada por la ciencia: el Principio de Acción y Reacción expresado
por el señor Newton, don Isaac, como al tercera de sus leyes: "A toda
fuerza ejercida en un sentido, se opone otra de igual intensidad y sentido
contrario". O sea: "A la fuerza ejercida por los desahucios se opone
otra igual intensidad y de sentido contrario que es la de los escraches".
Lo malo, querido niño nuestro, será cuando el Principio se desequilibre por un
lado u otro. O por los dos. Que no te arreindo la ganancia. Y eso está al caer.
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